PRINCIPIOS
DE LA ADMINISTRACIÓN
Los
principios generales de la administración sugeridos por Fayol aun son
considerados, por gran parte de los administradores, útiles para la práctica
contemporánea de la administración.
Estos
principios, elaborados en 1916, son presentados en el orden que los expuso su
autor, con sus respectivas explicaciones, a saber:
División de trabajo: la distribución de tareas debe realizarse entre
grupos e individuos, para garantizar el esfuerzo y la atención sean enfocados
en partes especiales de la actividad; Fayol propuso la especialización
del trabajo como la mejor manera de aprovechar los recursos humanos de la
organización.
Autoridad y responsabilidad: la autoridad para Fayol, se
define como “el derecho de dar órdenes y el poder para conseguir su fiel
obediencia”; la responsabilidad entraña ser confiable, lo cual, por naturaleza está
asociado con la autoridad.
Disciplina: este precepto implica la necesidad de que los
trabajadores realicen un esfuerzo común, en forma ordenada; sin embargo se
deben aplicar sanciones, con un buen criterio, para alentar el esfuerzo común.
Unidad de mando: los trabajadores de las organizaciones deben
recibir órdenes de un solo “administrador”, para así evitar conflictos y malos
entendidos.
Unidad de dirección: de acuerdo con esta regla, toda la organización
se debe mover en dirección de un objetivo común: en una dirección única.
Subordinación del interés individual al interés general: este
principio sostiene que los intereses de una persona (o grupo) no deben
prevalecer sobre las metas de la organización en su conjunto.
Remuneración del personal: el pago debe ser justo –no
explotador-y recompensar el buen desempeño, se debe recurrir a diversas formas
de pagos por ejemplo: por tiempo trabajo razón de la producción etc. También es
necesario otorgar recompensas no financieras.
Centralización: según la definición de Fayol, la centralización
significa “reducir la importancia del papel del subordinado mientras que la
descentralización implica aumentarla; los grados de
centralización/descentralización adoptados dependen de cada organización en la
que el “administrador” trabaje.
Cadena escalar: esta característica definida por Fayol como línea
de autoridad, quería decir que cierta cantidad de autoridad debe corresponder a
cada posición jerárquica, pero también que los estratos más bajos de administradores
siempre deben mantener informados a los niveles superiores de sus actividades
laborales.
Orden: para aumentar la eficiencia y la coordinación
todos los materiales y personas relacionadas con un tipo especifico de trabajo
deben ser designados en la misma ubicación general dentro de la empresa; un
lugar para que cada quien este en su lugar.
Equidad: este principio que Fayol diferenciaba de la
justicia, constituía la ejecución de las convenciones establecidas; sin embargo
las convenciones no pueden prever todo, por lo cual deben ser interpretadas y
sus insuficiencias complementadas; todos los empleados deben ser tratados de la
forma más “igualitaria” posible.
Estabilidad del personal en sus cargos: la
retención de los trabajadores más productivos debe ser prioritaria para la
administración; la contratación de nuevos empleados normalmente lleva
asociados los costos del reclutamiento y la selección, así como los defectos
propios del proceso.
Iniciativa: los administradores deben estimular la iniciativa
del trabajador, la cual se define como “una actividad nueva o adicional
emprendida por voluntad propia”.
Espíritu de Equipo: de acuerdo con este precepto, los administradores
deben propiciar la armonía y la buena voluntad general de los empleados, pues
ambos son poderosas fuerzas de la organización.
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